"Leí cierta vez a un poeta inglés, y una frase de él me impactó mucho: "Sed como la fuente que se derrama y no como el tanque que siempre contiene la misma agua."
Siempre pensé que él estaba equivocado: era peligroso derramarse porque podemos terminar inundando zonas donde viven personas queridas, y ahogarlas con nuestro amor y nuestro entusiasmo. Entonces, procuré comportarme toda la vida como un tanque, nunca yendo más allá de los límites de mis paredes interiores."
<< Paulo Coelho >>
Supongo que ya está bien de ser un tanque... ¿Por qué no derramarme como una fuente e inundar cuanto me rodea? Cierto es que puedo inundarlo todo de agua turbia, aún cuando no sea esa mi intención. Pero, ¿Por qué privar a todo mi alrededor de ese agua limpia y pura que derramo a menudo?
Así lo haré. Cuando el agua que derrame sea turbia, trataré de purificar todo después con agua limpia y cristalina. Porque hasta el mar, perteneciente a la sabia Naturaleza, amanece con aguas turbias algunos días.
Porque, sin la parte amarga de la vida, nadie sería capaz de apreciar la parte agradable. Porque no hay persona en el mundo a quien la monotonía no acabe aburriendo, aunque esté compuesta por esas partes agradables de la vida.
Así es la vida, variedad de males y bienes. Males, que hacen posible la apreciación de esos bienes.
Males que pasan y se superan. Bienes que permanecen en la memoria para sacar en cualquier momento esa sonrisa que hace que los males se disipen, aunque sea por un instante.
Todo en la vida merece la pena. Incluso las malas experiencias son necesarias, pues el ser humano es así, aprende más de ellas que de las circunstancias agradables.
Así, pues, los errores son necesarios y, por tanto no son errores sino aciertos, ya que aportan experiencia y conocimientos que nos hacen actuar de forma más acertada en situaciones futuras. Por ello debemos aprender a aceptar nuestros "errores", las malas épocas de nuestra vida, las decisiones y actos menos acertados y aprovechar el tiempo que la vida decida brindarnos. Porque la vida se compone de sensaciones, tanto más como menos agradables. Porque incluso ante el mayor de los sufrimientos, aún podemos pensar positivamente y decir: "Estoy vivo, el dolor también es vida, y hasta ahora todas las veces que lo he sentido a acabado censando, confío en que cesará. Es probable que me queden buenos momentos por vivir, sólo tengo que abrirles las puertas y vendrán."
Porque, a pesar de los malos momentos por los que hayamos pasado, aún podemos purificarlos con otros mejores. Por ello decido dejar de ser el tanque que retiene el agua, el amor, los sentimientos, entre sus paredes. Por ello decido ser la fuente que se derrama e inunda tu corazón de amor. La fuente que derrama su agua, su vida, para mezclarla con la tuya. Te quiero.