lunes, 27 de junio de 2011



"Leí cierta vez a un poeta inglés, y una frase de él me impactó mucho: "Sed como la fuente que se derrama y no como el tanque que siempre contiene la misma agua."
Siempre pensé que él estaba equivocado: era peligroso derramarse porque podemos terminar inundando zonas donde viven personas queridas, y ahogarlas con nuestro amor y nuestro entusiasmo. Entonces, procuré comportarme toda la vida como un tanque, nunca yendo más allá de los límites de mis paredes interiores."

                                                                                  << Paulo Coelho >>




Supongo que ya está bien de ser un tanque... ¿Por qué no derramarme como una fuente e inundar cuanto me rodea? Cierto es que puedo inundarlo todo de agua turbia, aún cuando no sea esa mi intención. Pero, ¿Por qué privar a todo mi alrededor de ese agua limpia y pura que derramo a menudo?
Así lo haré. Cuando el agua que derrame sea turbia, trataré de purificar todo después con agua limpia y cristalina. Porque hasta el mar, perteneciente a la sabia Naturaleza, amanece con aguas turbias algunos días.
Porque, sin la parte amarga de la vida, nadie sería capaz de apreciar la parte agradable. Porque no hay persona en el mundo a quien la monotonía no acabe aburriendo, aunque esté compuesta por esas partes agradables de la vida.
Así es la vida, variedad de males y bienes. Males, que hacen posible la apreciación de esos bienes.
Males que pasan y se superan. Bienes que permanecen en la memoria para sacar en cualquier momento esa sonrisa que hace que los males se disipen, aunque sea por un instante.
Todo en la vida merece la pena. Incluso las malas experiencias son necesarias, pues el ser humano es así, aprende más de ellas que de las circunstancias agradables.
Así, pues, los errores son necesarios y, por tanto no son errores sino aciertos, ya que aportan experiencia y conocimientos que nos hacen actuar de forma más acertada en situaciones futuras. Por ello debemos aprender a aceptar nuestros "errores", las malas épocas de nuestra vida, las decisiones y actos menos acertados y aprovechar el tiempo que la vida decida brindarnos. Porque la vida se compone de sensaciones, tanto más como menos agradables. Porque incluso ante el mayor de los sufrimientos, aún podemos pensar positivamente y decir: "Estoy vivo, el dolor también es vida, y hasta ahora todas las veces que lo he sentido a acabado censando, confío en que cesará. Es probable que me queden buenos momentos por vivir, sólo tengo que abrirles las puertas y vendrán."


Porque, a pesar de los malos momentos por los que hayamos pasado, aún podemos purificarlos con otros mejores. Por ello decido dejar de ser el tanque que retiene el agua, el amor, los sentimientos, entre sus paredes. Por ello decido ser la fuente que se derrama e inunda tu corazón de amor. La fuente que derrama su agua, su vida, para mezclarla con la tuya. Te quiero.

miércoles, 22 de junio de 2011

Justicia.



"Si Dios no quería que eso sucediera, ¿por qué dispuso que el árbol se alzara en medio del Jardín y no fuera de los muros del Paraíso?

Atrajo la atención de Adán y Eva hacia el lugar exacto donde se encontraba. Si no hubiese dicho nada, generaciones y generaciones pasarían por esta Tierra sin que nadie se interesara por el fruto prohibido, ya que debería estar en un bosque lleno de árboles semejantes y, por lo tanto, sin ostentar ningún valor específico.

Pero Dios no había actuado así. Por el contrario, escribió la ley y encontró la manera de convencer a alguien para que la transgrediera, tan sólo para poder inventar el Castigo. Sabía que Adán y Eva acabarían aburridos de tanta perfección y, tarde o temprano, pondrían a prueba Su paciencia. Y se quedó allí, esperando, porque tal vez también Él -Dios Todopoderoso- se hallaba aburrido de que todo en la creación discurriera a la perfección; si Eva no hubiese comido la manzana, ¿qué es lo que hubiera sucedido de interesante en estos miles de millones de años?

Nada. Cuando la ley fue violada, Dios -el Juez Todopoderoso- aún simuló una persecución, como si no conociese todos los escondrijos posibles que hubiese en el Jardín. Con los ángeles mirando y divirtiéndose con la broma (la vida para ellos también debía de ser muy tediosa desde que Lucifer dejara el Cielo), Él empezó a caminar. Los pasos de Dios, las miradas asustadas que la pareja intercambiaba entre sí, los pies que súbitamente se detenían junto al escondrijo.
-¿Dónde estás? -había preguntado Dios.
-Oí vuestro paso en el jardín, tuve miedo y me escondí porque estoy desnudo -había respondido Adán sin saber que, a partir de esta afirmación, se convertía en reo confeso de un crimen.

Listo. Mediante un simple truco, aparentando no saber dónde estaba Adán ni el motivo de su fuga, Dios había conseguido lo que deseaba. Aún así, para no dejar ninguna duda al público angelical que asistía atentamente al episodio, Él había decidido ir más lejos.
-¿Cómo sabes que estás desnudo? -había interrogado Dios, sabiendo que esta pregunta sólo tenía una respuesta posible: «Porque comí del árbol que me permite entenderlo.»

Con aquella pregunta, Dios demostró a sus ángeles que era justo y que estaba condenando a la pareja en base a todas las pruebas existentes. A partir de allí ya no importaba saber si la culpa era de la mujer, y las súplicas de perdón serían inútiles. Dios necesitaba un ejemplo para que ningún otro ser, terrestre o celeste, tuviese nunca más el atrevimiento de ir en contra de Sus decisiones.

Y así expulsó a la pareja, sus hijos terminaron pagando también por el delito (como sucede en la actualidad con los hijos de los criminales) y el sistema judicial había sido inventado: ley, transgresión de la ley (lógica o absurda, no tenía importancia), juicio (donde el más experimentado vencía al ingenuo) y castigo.

Como toda la humanidad había sido condenada sin derecho a recurrir la sentencia, los seres humanos decidieron crear mecanismos de defensa para la eventualidad de que Dios decidiera mostrar de nuevo Su poder arbitrario. Pero en el transcurso de los milenios de estudios, los hombres inventaron tantos recursos que terminaron exagerando el número, y ahora la justicia era una maraña de cláusulas, jurisprudencias y textos contradictorios que nadie conseguía entender cabalmente.

Tanto es así que cuando Dios decidió cambiar de idea y mandar a Su Hijo para salvar al mundo, ¿qué sucedió? Cayó en las redes de la justicia que Él había creado.

La maraña de leyes terminó generando tanta confusión que el Hijo acabó crucificado."


                                                                        <<Paulo Coelho>>

domingo, 19 de junio de 2011



Y fue así,
como yo te perdí.
Aunque te quería,
y lo seguiré haciendo cada día.

En mi corazón,
ya no queda hueco,
pues, tu recuerdo,
ocupa cada recoveco.

Cada vez que en ti pienso,
el sentimiento de nostalgia es inmenso.
Las lágrimas me invaden,
y al mismo tiempo me evaden.

Pues en mi mente tú aún sigues conmigo,
y en las noches de frío, eres mi mejor abrigo.

Miles de lágrimas he derramado,
miles de lágrimas derramaré.
Pues es mucho lo que te he amado,
 mucho es, lo que te amaré.

viernes, 17 de junio de 2011


Pasaste de decir,
que sin mí no podías vivir,
a dejarme y decir,
que tu vida querías rehacer.

Y me aconsejaste que yo la mía rehiciera,
palabras que arañaron mi corazón, cual fiera.

Tú me amabas, o eso decías.
Pero un segundo más tarde,
hasta parecía que me aborrecías.

Sin ti ya no puedo sonreír,
sin ti ya no quiero vivir.

Fuiste como una gota de hielo,
que cayó en agua hirviendo.
poco a poco te derretías,
e ibas desapareciendo.

Tu luna de perlas blancas,
me hacía sentir bien.
Tus hojas secas de otoño,
aunque eran dos, parecían cien.

Tu bastón de la felicidad,
nunca llegó a rozarme.
y sin más, mi corazón, tú decidiste arrancarme.

Dijiste que querías,
por la playa pasear,
sentarte a mi lado,
y perderte en mi mirar.

Nada de eso sucedió,
nada sucederá,
aunque la esperanza en mi corazón,
siempre permanecerá.

martes, 14 de junio de 2011





Quisiera estar contigo,
pero me es imposible.
Quisiera poder abrazarte,
pero resultas tan intangible.
Quisiera poder besarte,
quisiera dejar de amarte.

Y es que tus balas de fuego,
llegaron a mi corazón,
atravesaron su coraza,
y derribaron su armazón.
Ahora sólo quedan las brasas,
de este pobre corazón.

lunes, 13 de junio de 2011



Te he perdido,
aún no consigo entenderlo,
pero te he perdido.

Y perdida me siento ahora sin tí,
siento que mi rumbo en la vida perdí.

Aún siento que te tengo,
pero no puedo evitar pensar que te perdí.
Y es entonces cuando mi rostro se entristece,
mi sonrisa desaparece,
y toda la ilusión se desvanece.

Te quiero,
de eso no tengo duda,
pero mi corazón ya no está entero,
y mi alma se ha quedado muda.